Sentada en mi sofá, acabando de leer el libro que me tiene absorbida (The Return), escuchando fados, viendo nubes y claros pasar. Sucede que mi móvil está apagado, así que al encenderlo me pide que ajuste fecha y hora, y claro, me doy cuenta. 30 de agosto de 2009. Otro verano se ha ido, otro año, otra vida....
¡Va todo tan rápido! Alguien dijo que hasta los 20 años más o menos todo va muy lento. Quieres crecer, quieres ver mundos, ser tratado como adulto, aprender, trabajar, ser útil (eso algunos), descubrir lo que ofrece la vida....y parece que las cosas no llegan.
Sin embargo un dia comienzan a llegar, y además, pasan de largo. Entonces tienes que establecer otra meta, otro punto de inflexión. Y lo haces. Acabar estudios, trabajo, el esperado viaje, etc. etc.
Y también llega. Y vuelta a empezar. El tiempo en tu cuerpo, en tu mente, se ha contraido, pasa veloz. Te das cuenta que tienes que disfrutar a saco el presente....ya que es lo único que no va y viene.
Al final el cielo se ha cubierto, ya no creo que baje paseando a la playa. Iré a comprar un periódico español al centro y tomarme un café en Deluca mientras la gente corre a resguardarse de la lluvia que va a caer. Ya es otoño en esta ciudad.
1 comentario:
En cierto modo por aquí se agradecería una especie de otoño ya, que el calor nos asfixia una noche más. Ya he sabido que tus vacaciones cruzando el charco han sido de lo más peculiares, diferentes no? Almacena todas estas experiencias,al fin y al cabo, son parte de lo que eres en el presente.... Besos, Eva A.
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